Pop punk luminoso (y sin rastro de mala follá)

CRÓNICA DE CONCIERTO. Las Dianas, 18-9-2025, Escenario Santander – Ciclo Excéntricos

«Somos Las Dianas y venimos de Graná, mala follá», saludó la vocalista a un público al que luego tuvo que animar a acercarse, asegurando que «no mordemos». Y es que el mal café lo dosifican en perlas irónicas y algún que otro desahogo, pero sobre todo transmiten una energía contagiosa que tiene mucho que ver con cómo se desenvuelven y disfrutan sobre las tablas.

El horario bastante inusual –el concierto estaba programado para las 19:30 de un jueves laborable– quizá les restara algo de público, pero el formato club de Escenario Santander –que se transforma en una sala para un centenar de asistentes, más o menos– supuso un auténtico lujo para disfrutar de uno de los grupos más interesantes del actual panorama independiente. Porque Las Dianas tal vez sean el indie dentro del indie, y además transitando por un estilo muy alejado de las modas, el pop punk. Un género que, contra todo pronóstico, sirve no solo para la diversión y el desparrame sino también para la reivindicación y la crítica social. Precisamente esa aportación al género, junto a la vocación irónica, es el punto fuerte de la banda.

En cualquier caso, fuera por diversión o actitud, reunieron a un buen puñado de fieles –mucho más joven de lo habitual y con mayoría de chicas– que se sabían todas las canciones y poco a poco fueron demostrando que, aunque Santander no es Granada, también sabe reconocer lo bien hecho. Y es que, pese a su juventud, Las Dianas son un grupo maduro no solo en sus letras –que lo mismo tocan temas de género que tienden al costumbrismo posmoderno, incluyendo una maravillosa oda a la procrastinación, ‘Perdiendo el tiempo’– sino musicalmente. El toque ramoniano lo pone la baterista, que a ratos parece un metrónomo y a ratos una metralleta; el espectáculo lo pone la guitarrista –aunque a ratos se intercambia el bajo con la cantante–, un derroche de entusiasmo que no solo de bailar y lanzar patadas voladoras para marcarse punteos vigorosos, enfundada en una camiseta del Inter de Milán. La guinda la pone la teclista, toda elegancia, que además hace los coros.

Sorprendió, pues, el sonido tan trabajado, y es que la banda lleva en activo desde 2018, y se nota. De hecho, y pese a que su discografía no es demasiado extensa, se quedó fuera del repertorio alguna canción emblemática, como ‘La lista de la compra’. Eso sí, no faltaron sus ‘temazos’: ‘Me jode’, ‘No quiero verte’ o ‘Leggins rotos’ fueron las más coreadas, aunque destacó también una ‘Beef Mac’ con la que aprovecharon para lanzar un puyazo a «todos los grupos de tíos que nos han despreciado durante años por ser una banda de chicas».

La sesión, que no llegó a la hora –dieciséis canciones–, se haría cortísima, pero la remataron por todo lo alto: en el bis, las cuatro músicas bajaron del escenario y se mezclaron con el público. Una gozada. «¡Y hemos traído ‘merchan’!», avisaron al despedirse. Así que el pospartido sería todavía más animado que el concierto, con las cuatro chicas despachando camis, totebags y vinilos. Y sin rastro de mala follá.

[Publicado el 21 de septiembre de 2025 en EL DIARIO MONTAÑÉS]

Comments

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *