Novela. El franco-venezolano Miguel Bonnefoy recorre un siglo de historia de Venezuela a través de una saga de tres generaciones
EL SUEÑO DEL JAGUAR
MIGUEL BONNEFOY
Editorial: Los Libros del Asteroide, 2025. 272 páginas. Precio: 20,95 €.
Cien años y tres generaciones de una familia venezolana arrancan con un episodio en el que el futuro casi parece un imposible, con un bebé abandonado junto a una iglesia y que es recogido a regañadientes por una mendiga, que solo lo acepta cuando descubre que el llanto del niño multiplica las limosnas. Nada hace sospechar que ese será el punto de partida de una saga que lucha contra lo improbable, porque justo antes de perderse para siempre en la mala vida, el joven Antonio recibe el mejor regalo que podía darle su madre adoptiva: si quieres ser de los que mandan, no robes, trabaja. Casi un siglo más tarde, su nieto escribirá su historia y la de su hija.
Ya desde el comienzo del libro se percibe un intenso aroma a clásico literario, a escritor que ha bebido y asimilado lo mejor de lo escrito en los últimos dos siglos a ambos lados del Atlántico. Y es que si su arranque recuerda poderosamente –por ambientación, por estética, por voluntad de recrear lo marginal y lo mundano con un halo de grandeza– a una de las novelas más emblemáticas de finales del siglo XX, ‘El perfume’ de Patrick Süskind, a medida que avanzamos en la lectura comprobaremos que la verdadera mixtura, porque este es un auténtico ‘melting pot’ es la de dos tradiciones a primera vista antagónicas pero en realidad complementarias: por un lado, la narrativa del boom; por otro, el espíritu de Charles Dickens.
La influencia del boom, de los grandes autores hispanoamericanos del siglo XX puede rastrearse fácilmente no solo en los conatos de realismo mágico que salpican la novela, en la imbricación entre la historia oficial y la que viven o padecen sus personajes, en la deriva picaresca y en la tendencia a la mitificación. Es decir, que en menos de trescientas páginas tenemos condensado lo mejor de García Márquez, de Quiroga o de Borges.
Luego está lo dickensiano que, por su vocación humanística, por su búsqueda de la fibra sensible del lector y por su voluntad de corregir el mundo, nunca pasa de moda. Es la versión contemporánea de la justicia poética, un claro antecedente de los actuales géneros ‘feelgood’, y quizás la forma más directa de conmover a un ser humano, con su mezcla de crítica social y de cuento de supervivencia.
No se pierdan, pues, esta maravillosa versión del sueño americano. Pero no el gringo, sino el otro. El bueno, vamos.
[Publicado en El Diario Montañés el 12 de septiembre de 2025]
Deja una respuesta